sábado, 18 de junio de 2011

El misterio detrás de Blue Valentine

Hoy voy a "fusilar" un artículo que he leído del periódico inglés The Guardian, en el que se cuenta una bonita historia de cómo una canción olvidada y sin editar de 1970 se convirtió en un éxito sorpresa gracias a una película. La traducción es mía, pero para aquellos que dominen la lengua de Shakespeare, aquí tenéis el enlace al artículo original: http://www.guardian.co.uk/music/2011/jun/16/blue-valentine-song?CMP=twt_gu


El misterio detrás de Blue Valentine

La extraña historia de cómo una maqueta no publicada de 1970 de un grupo que nadie conoce se transformó en un éxito sorpresa.
Toby Manning       

Su canción – ¿pero de quién más? ... Ryan Gosling y Michelle Williams en Blue Valentine. 
Fotografía: Weinstein/Everett/Rex 

Desde el primer instante en que empieza la canción en Blue Valentine - con Ryan Gosling tarareándola en la habitación del motel - te sientes como si ya la conocieras. Una guitarra cruda y rasgada, ricas armonías, una voz aguda que te rompe el corazón (¿una chica? ¿Un niño pequeño?) desafinando justo donde tiene que hacerlo. Dulce y evocadora, nos recuerda a aquellos chicos de los años ´50 que chasqueaban los dedos en las esquinas de calles tostadas por el sol. En la película es la canción de Dean y Cindy. Por muy mal que vayan las cosas esta melodía les trae de vuelta los buenos tiempos, los tiempos de la inocencia. Se lo haría a cualquiera.  

Si miramos los créditos, vemos que la canción se llama You and Me, de Penny and the Quarters. Si la buscamos en Google descubrimos que en realidad es una maqueta jamás publicada de 1970 y que nadie sabe quién son Penny o los Quarters, así que los derechos de autor de Blue Valentine simplemente están amontonándose en algún lado.

Esto nos lleva al sello discográfico de archivo Número, el que editó el tema. Rob Sevier, de Número, nos cuenta que un amigo compró algunas cintas en un saldo creyendo que se trataba de grabaciones originales de un oscuro sello de música soul de Columbus (Ohio) llamado Prix. Pero al escucharlas, las cintas resultaron ser maquetas inéditas. "La inocencia de aquella canción me atrapó inmediatamente," comenta Sevier. "La interpretación de Penny es sencillamente arrolladora. Encantadora de una manera única. Sin embargo, la canción era anacrónica incluso para 1970, incluso hasta pintoresca. ¿Quién iba a sacar esto o a pincharlo en la radio?"

No había información sobre la cinta y a pesar de cientos de indagaciones, Número no pudo averiguar la identidad de los componentes del grupo. La recopilación de Prix en la que estaba incluída resultó ser casi igual de oscura. "Fue entonces cuando Ryan Gosling se puso en contacto con nosotros y nos dijo que estaba realmente interesado en utilizar la canción para una película" dice el director de Número, Ken Shipley. "Le respondimos que de acuerdo y después nos olvidamos del tema. Solemos licenciar toneladas de material para el cine".

Más tarde el año pasado, Shipley se dio cuenta de que la canción tenía cientos de descargas al día. "No conseguíamos averiguar la razón", dice Shipley. "Nadie recordaba ni siquiera haberla registrado."  La prensa se interesó por este grupo misterioso: el Columbus Dispatch publicó una historia gracias a la cual se siguió la pista de la canción hasta el cantante y a veces letrista de Prix, Jay Robinson. Desgraciadamente, Robinson había fallecido en 2009, y cuando los periodistas contactaron con su viuda Glodean, una cocinera de un hogar infantil, ésta pensó que se trataba de una broma y no respondió a la llamada. Pero hizo que un compañero de trabajo echara un vistazo en internet.

"Me quedé totalmente anonadada. Reconocí la canción," dice Glodean, "pero no conocía esa versión con una mujer cantando. Cuando escuché la voz de mi marido de fondo, simplemente me destrozó. Empecé a llorar. Me devolvió la sensación de pérdida - y todos los recuerdos."

La pareja se conoció en 1975. "Él no tuvo éxito en la música, " dice Glodean, "nunca consiguió derechos de autor. Pero fue algo que él se dio a sí mismo libremente para toda su vida." Robinson se convirtió en el pintor y decorador más elegantemente vestido de Columbus.

"Me sentí muy, muy enfadada cuando escuché la canción," continúa Glodean. "No sabía quién era Penny, y algo en su voz despertó celos en mí." Y algunos recuerdos. "Recordé que mi marido me contó que fue al estudio y rehizo una canción que había escrito - con una chica joven. Hacía calor en el estudio aquel día, todo el mundo estaba cocinando, y él sólo tenía un centavo ( "penny ") y cuarto en el bolsillo, y así bautizó al grupo."

La identidad de Penny, sin embargo, sigue siendo un misterio. "Siempre fue evasivo respecto a ella," dice Glodean, "lo que me hizo pensar que pudo haber sido un antiguo amor." Los derechos de la interpretación se han apartado por si Penny - o sus descendientes - aparecieran. De hecho, los cheques por la autoría de la canción han ayudado mucho a Glodean. "Desde la muerte de mi marido he estado luchando. Jay ha vuelto desde el Cielo y me ha dado una bendición. Pero cuando ves que no está aquí para oír lo mucho que la gente ama esa canción, te duele. Él debería estar aquí. Se sentiría tan honrado..."


Blue Valentine   Año de producción: 2010     País: USA     Clasificación por edades (Reino Unido): 15     Duración: 114 mins     Director: Derek Cianfrance     Reparto: Ryan Gosling, Michelle Williams, Mike Vogel,  Faith Wladyka.



Hasta aquí el artículo de The Guardian. Para finalizar, aquí tenéis el videoclip de la canción con imágenes de la película:


Otro ejemplo de éxito después de la muerte. Da que pensar, sobre todo en lo injusta que es la vida; ver  cómo una gran cantidad de gente sin talento hace música prefabricada diseñada por las casas discográficas que triunfa a nivel mundial sin que puedas distinguir un tema de otro. Afortunadamente, hoy en día existe un invento revolucionario llamado internet, con el cual podemos descubrir nuevos autores y grupos diferentes al margen de las grandes discográficas que, presionando a los gobiernos, consiguen crear leyes como la infame Ley Sinde, y se niegan a reconocer que estamos al final de un modelo de negocio obsoleto y no asistimos al Apocalipsis de la música ni de la cultura. Ahí queda eso.

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